Dormir en lugares insólitos siempre tiene su particular encanto. Pero si hablamos de alojamiento en yurtas, entonces, esa singularidad lo convierte en una experiencia aún más encantadora. De ésas que persisten en la memoria por un largo tiempo y de las que siempre nos quedamos con ganas de repetir.
En Cabañas en Árboles sabemos que el alojamiento en yurtas que hemos seleccionado para ti te va a sorprender gratamente. Y para que te vayas convenciendo, te vamos a contar por qué a nosotros estas tiendas nos han enamorado.
El encanto del alojamiento en yurtas
El contacto con la naturaleza
Para empezar, lo primero que nos atrae del alojamiento en yurtas es que, fieles a su historia y a la tradición que los envuelve, se ubican en plena naturaleza. Representando, así, el estilo de vida nómada y aventurero de los pobladores de la estepa de Asia central. El contacto con la naturaleza que ofrecen las yurtas es comparable al que nos hace experimentar la acampada más tradicional. Pues todo lo que te rodea es la belleza y la calma de los bosques, de la montaña, o incluso el murmullo de un arroyo o de las olas del mar. Además, muchas de estas yurtas han sustituido el hueco circular en lo alto de la carpa por una corona de techo transparente. Imagina la sensación indescriptible de poder contemplar las estrellas desde la cama.
El confort del glamping y el atractivo de la acampada
Otro de los motivos por los que el alojamiento en yurtas nos parece tan interesante es porque puedes encontrar variedades con distintas prestaciones y servicios. De esta manera, si lo tuyo es el glamour del glamping, descubrirás que hay yurtas con todas las comodidades, incluyendo baño completo, e incluso terrazas con todo lo necesario para una estancia de ensueño. Como por ejemplo, éstas en Lanzarote, que ofrecen hasta cocina. Existen otras que, sin embargo, buscan brindar una auténtica experiencia de acampada pero más confortable que la que ofrecen las tiendas de campaña clásicas. Es, en definitiva, una propuesta para todos los gustos.
Exotismo en cada detalle
Más allá del equipamiento, las prestaciones y el diseño tan peculiar de las yurtas, el exotismo que se respira dentro y fuera de ellas es un aliciente más para que te acaben de conquistar. La reminiscencia a tribus esteparias, el sabor a ese estilo de vida nómada, el aroma a aventura y, en resumen, todo ese halo mágico que las envuelve hace del alojamiento en yurtas toda una experiencia de lo más exótica.
Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
No podíamos olvidarnos del valor cultural que tiene la yurta, también llamada ger mongol. Tanto, que este tipo de vivienda fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2013 por La artesanía tradicional del ger mongol y las costumbres conexas y de nuevo en 2014 por los Conocimientos y técnicas tradicionales vinculados a la fabricación de yurtas kirguises y kazajas (hábitat nómada de los pueblos túrquicos). Así, el conocimiento, la tradición y las técnicas empleadas en la construcción hacen de estos alojamientos un verdadero capricho y una experiencia obligada.
Bajo impacto ambiental
Por último, otro de los motivos por los que tanto nos gustan las yurtas es su bajo impacto ambiental y su integración en el espacio natural en que se ubiquen. Siempre y cuando se utilicen los materiales originales de este hábitat tan singular o similares, claro está. Por ejemplo, en esta propuesta gaditana se emplea aislante de lana de oveja, cuerdas de crin de caballo, alfombras, y, por supuesto, madera.
¿Aún te preguntas por qué en Cabañas en Árboles nos gusta tanto el alojamiento en yurtas? ¡Ven a descubrirlo y vive una experiencia única!
¡Reserva ya!
*Imagen portada: Lanzarote Retreats Eco Yurt